jueves, julio 22, 2010

EL ESPECISMO EN GENERAL.

Vivimos en una sociedad en la que no da lo mismo nacer humano o nacer perro, salmón o paloma. Los primeros verán sus intereses básicos reconocidos y valorados, los segundos no. Hoy día sólo damos importancia a la vida de aquell@s que son como nosotr@s, mientras que no tenemos el más mínimo interés por la vida o muerte de la mayoría del resto de animales. La indiferencia a lo que les ocurra se ha ido transmitiendo generación tras generación, basada en razones que jamás nos hemos parado a analizar.
¿Te has preguntado alguna vez si la relación que mantenemos con los demás animales es respetuosa? ¿Qué pasaría si tras nuestra forma de razonar y de vivir diéramos con otro tipo de discriminación, hasta ahora totalmente desconocida, y como otras igualmente injusta? Ha llegado la hora de saberlo.



¿QUÉ ES EL ESPECISMO?

EL ESPECISMO ES LA DISCRIMINACIÓN DE OTROS INDIVIDUOS BASADA EN LA ESPECIE A LA QUE PERTENECEN.

Todo individuo que no pertenezca a la especie humana no merece ser respetado ni es digno de recibir una consideración igualitaria de sus intereses básicos. Esto es, fundamentalmente, lo que viene a ser el especismo.

Los humanos, una vez más, sitúan a otros individuos, esta vez gallinas, peces, conejos, vacas, tigres y demás animales no humanos, en un "escalón moral" más bajo, sometiéndoles bajo su criterio y decidiendo en su nombre quién debe vivir y quién ser libre, sin dar importancia ni valor alguno a sus vidas, justificando esta actitud discriminatoria en razones absolutamente arbitrarias e irrelevantes, característica común que se da en el resto de prejuicios reconocidos, como son: el convencimiento de ser superiores a los individuos a los que se somete, la seguridad que dichos individuos carecen de intereses propios y la certeza que dichos individuos son de nuestra propiedad.

argumento 1 : los demás animales no pueden hablar

Utilizar el habla, como una de las facultades exclusivas de los humanos y que nos diferencia del resto de animales, para justificar una supuesta superioridad sobre ell@s no tiene ningún sentido y además resulta injusto, ya que ni tan siquiera todos los humanos somos capaces de hablar y, por tanto, también podríamos aplicar dicha superioridad sobre aquell@s human@s que son mud@s y sin embargo no lo hacemos.

Además el hecho de que los animales no humanos no posean la capacidad para hablar no quiere decir que no se comuniquen entre ell@s, más bien que cada un@ utiliza un tipo o código de comunicación para entenderse. Tampoco nosotr@s somos capaces de comunicarnos como lo hacen las abejas o las ballenas y eso no supone que seamos inferiores a ell@s.

argumento 2 : los demás animales no son inteligentes

Ocurre exactamente lo mismo con el tan recurrido argumento de la inteligencia que poseemos l@s human@s y la más que asumida supremacía que a priori nos coloca en un escalón por encima de ell@s. Pero nuevamente este razonamiento queda en evidencia y se cae por su propio peso porque l@s recién nacid@s, las personas con algún tipo de discapacidad mental o las personas que padecen Alzheimer, por ejemplo, son human@s y tampoco gozan de una inteligencia tal que les permita valerse por sí mismas o que puedan enfrentarse y resolver problemas de la vida diaria y nadie, absolutamente nadie cuestiona el respeto por su integridad física y moral.

argumento 3 : los demás animales no pertenecen a nuestra especie

Queda por rebatir si el hecho de pertenecer a la especie “homo sapiens” constituye en sí una razón de peso para merecer respeto hacia nuestros propios intereses y, a su vez, para negárselos a los demás.

Nosotr@s consideramos que los animales humanos no somos una especie formada por individuos superiores al resto, simplemente somos uno más y compartimos este mundo con otr@s. Mantenemos que tampoco se nos ha otorgado un poder supremo, por el cual seamos jueces de nadie y podamos decidir sobre la vida y la libertad de los demás.

Si estamos de acuerdo con los argumentos iniciales, si realmente el intelecto o aptitud para hablar fuesen los parámetros a tener en cuenta a la hora de decidir quién merece respeto por su vida y libertad y los trasladáramos a los humanos, aquellas personas con los mayores coeficientes de inteligencia del mundo o aquell@s que dominarán la retórica... ¿serían l@s nuevos am@s y el resto, l@s menos inteligentes, seríamos sus esclav@s?

Como vemos, queda claro que las razones que sirven y han servido durante siglos para establecer diferencias y así justificar la discriminación de los demás animales también se dan entre los humanos. Sin embargo, en la sociedad actual parece ser que esas diferencias no interesan que sean aplicadas a los mismos humanos porque eso supondría un debate moral que pondría todo y a tod@s en una situación comprometida.



PARALELISMO CON OTRAS DISCRIMINACIONES
No tenemos más que echar mano de la historia y recordar otros tipos de discriminación como son el racismo y el sexismo, tristemente aún existentes, para comprobar que la historia se repite. Las víctimas por un lado y los argumentos utilizados para justificar su sometimiento por otro, son las únicas diferencias entre el especismo y los otros dos tipos de prejuicios.

Cada vez que recordamos las razones que en un tiempo sirvieron de base para justificar la posesión, esclavitud y muerte de los individuos que pertenecían a la etnia negra, nos llevamos las manos a la cabeza y nos preguntamos cómo eso fue posible, cómo la sociedad de entonces no sólo lo aprobó sino que además formó parte de la propia discriminación. Hoy día está ocurriendo exactamente lo mismo, el conjunto de la sociedad está sometiendo bajo su tiranía a otros individuos sin tan siquiera ser consciente de ello.

Si nos fijamos en los tres tipos de discriminación, racismo, especismo y sexismo, llegaremos a la conclusión de que en los tres casos se reproducen los mismos elementos: la presencia de un grupo dominante y otro dominado; el convencimiento, por parte de los individuos del grupo dominante, de ser superiores a los individuos a los que someten; razonamientos arbitrarios e insostenibles para defender el propio prejuicio; otorgar ninguno o menor valor a los intereses fundamentales de los individuos del grupo dominado y por último considerar a los sujetos del grupo dominado como simples propiedades por parte de los opresores y, por tanto, con la suficiente autoridad como para decidir sobre sus vidas.

Sin embargo, son varias las características que convierten al especismo en un ejemplo de prejuicio aún más complejo: en primer lugar, porque muy poca gente conoce que existe, la mayoría desconoce que su modo de vida discrimina a otros individuos; en segundo lugar, porque las víctimas son más víctimas que nunca, jamás podrán defenderse por sí mismas, nunca podrán unirse y alzar su voz para reivindicar sus propios intereses, lo cual las convierten aún en más indefensas y por tanto más sencillo su sometimiento.

Como vemos, todas las argumentaciones y datos presentados hacen del especismo un prejuicio en toda regla, estudiado con la suficiente seriedad como para preguntarnos qué papel jugamos nosotr@s en todo esto y si no será una de nuestras responsabilidades éticas el replantearnos muchas cosas de las que dábamos, a día de hoy, por sentadas.

CONSECUENCIAS DEL ESPECISMO
Queramos o no admitirlo, por mucho empeño que pongamos en obviar la realidad, sólo hay una manera de describir lo que hay detrás de nuestra forma de razonar y de vivir: los animales no humanos han dejado hace mucho tiempo de cumplir con el papel que les encomendó la naturaleza para acabar siendo convertidos en nuestros... esclavos.

Debido a la influencia de la educación recibida, sin tan siquiera saberlo, hemos pasado de considerar a los otros animales “alguien” para transformarlos en “algo”. De ser individuos independientes con intereses propio a convencernos de que son una propiedad nuestra más, meros “recursos”, “máquinas” a nuestro servicio y para nuestro beneficio, dejando a un lado cualquier debate o cuestionamiento moral acerca de si lo que hacemos es justo o no.

¿Qué consecuencias tiene todo esto para los demás animales? Conocedores de su situación y de nuestra actitud hacia ellos podemos aseverar que nosotros, l@s humanos, estamos creando otros animales para comérnoslos como si de simples "alimentos" se trataran, cubriendo nuestra piel con su piel y pelos en forma de abrigos, jerseys y zapatos, para servir como marionetas en espectáculos y en nuestras casas, como medios en experimentos e investigaciones, decidiendo en su nombre y en todo momento cuándo deben nacer, cómo vivir y cuándo y cómo deben morir.

Dicho de otra manera, en este momento, mientras leemos estas líneas, miles de millones de animales no humanos están siendo condenad@s a una vida como esclav@s, separad@s de sus familias y de su entorno, encerrad@s en jaulas, entre barrotes de una granja o vallado de un prado, en laboratorios, en circos, zoos... siendo transportad@s para su sacrificio, castigad@s a la pena de muerte siendo su único delito no pertenecer a la especie humana, todo ello en contra de su voluntad.

Por poner un ejemplo, sólo en el estado español, cada año, 28 millones de cerdos, 2 millones y medio de vacas, 700 millones de aves e incontables millones de peces son ejecutados para satisfacer nuestras supuestas "necesidades nutricionales" o más bien para contentar nuestro paladar...

Esta actitud discriminatoria hace que analicemos y observemos la realidad desde nuestro punto de vista... desde la perspectiva que nos fue transmitida; jamás nos hubiéramos imaginado que nuestro comportamiento estuviera relacionada con ningún prejuicio y menos basado en la especie a la que un@ perteneciera; nunca hubiéramos caído en la cuenta que nuestra forma de vivir implicara la esclavitud, explotación y muerte de otros animales o por lo menos que sabiéndolo, dicho comportamiento fuera en contra de la moral; sin embargo, esa “otra realidad” existe y está en nuestra mano querer aceptarla y enfrentarnos a ella.

El primer paso que podríamos dar sería cambiar el enfoque y “ver” dicha realidad desde el punto de vista de l@s que la padecen, desde la perspectiva de las víctimas, todos esos millones de animales no humanos que sufren y mueren diariamente, haciendo un ejercicio de empatía para poder responder a la pregunta de manera sincera y decidida... ¿me gustaría que hicieran conmigo lo que hoy les hacemos a ell@s?














ORIGEN DEL ESPECISMO






¿Cuál es el origen de este prejuicio? ¿Cómo hemos llegado a ser especistas? ¿Por qué estamos tan convencidos de que son inferiores a nosotros y que nos pertenecen?

La respuesta a todas estas preguntas la encontramos en la educación especista que hemos recibido desde niñ@s. Dos son los pilares de dicha educación: las enseñanzas adquiridas en la escuela y las vivencias experimentadas en casa, con la familia.



PARA VER TODOS LOS EJEMPLOS DE LA EDUCACION ESPECISTA INGRESA AL SIGUIENTE LINK http://todosomosanimales.org/aulaespe.htm

PARVULITOS (Educación Infantil)











Ejemplos de Educacion Especista EN LA ESCUELA,la educacion que te enseña a ver los animales como objetos para consumirlos :












































































Los hábitos y experiencias vividas en casa han contribuido a reforzar los prejuicios en función de la especie. Much@s de nosotr@s hemos tenido algún familiar cuyo oficio estaba relacionado con la esclavitud, explotación y muerte del resto de animales: carnicer@, pescader@, cociner@, ganader@, peleter@...

Igualmente, en casa nos han enseñado a comernos el "muslo" del polllo, nos han calzado con la piel de la vaca, nos hemos aseado con productos testados en conejos... Son actos cotidianos que han acabado convirtiéndose en costumbre y que seguimos repitiendo cuando nos vamos fuera o nos independizamos. Nuestras madres y padres nos han transmitido lo que a su vez se les transmitió a ell@s, sin ser conscientes de que dichos hábitos no respetan la vida y la libertad de otros animales.

¿Y quién no ha ido al zoo, al aquárium o al circo acompañado de la mano de sus madres/padres, sus tí@s o abuel@s?

Hemos disfrutado viendo a elefantes, tiburones, tigres, osos... pero no hemos pensado ni nos han explicado que están privados de libertad y que ese no es el sitio que les corresponde. En otros casos, el pasatiempo de algunos de nuestros familiares ha sido ir a cazar liebres, pescar pulpo o doradas... y lo hemos compartido con ell@s, asumiendo que matar animales no humanos es una forma más de ocio.

¿No os habéis preguntado nunca por qué jugamos con nuestro perro y nos comemos al cerdo? En definitiva, ¿por qué respetamos a unos y discriminamos a otros?

Hemos aprendido a diferenciar a los animales no humanos porque nuestra familia también nos explicó cuál era su papel en la vida y así lo aceptamos; una clasificación basada en nuestros intereses, no en los de ellos. Quizás sea el momento de ponerse en su lugar y preguntarnos si dicha diferenciación es justa.

FUENTE :

http://todosomosanimales.org/


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